«El panorama cultural del Almanzora yace en el desierto de los predicadores; existe una abnegación hacia la cultura inexplicable»

Martín Torregrosa López es uno de los poetas actuales del Almanzora (Albox 1957) más reconocidos en el panorama cultural. Ha publicado, entre otros, los poemarios, Lazos de Sangre (Instituto de Estudios Almerienses, colección Alfaix, 1997), con el que obtiene el premio 'Jornadas por la Paz' en Zúrich; Azul es el Color de los Desheredados, (Huerga y Fierro, Madrid, 2004) seleccionado al premio Blas de Otero; El tren de la lluvia, (Renacimiento, colección Hipocampo, Sevilla 2014); Setecientos versos para Maindra, (Renacimiento colección Calle del Aire, Sevilla 2014) y ha colaborado en diversos y diferentes encuentros literarios, apareciendo en antologías poéticas y un largo etcétera.

Eloísa Benítez

Martes, 10 de mayo 2016, 06:40

?Torregrosa acaba de publicar dos nuevos libros 'El tren de la lluvia' y 'Setecientos versos para Maindra, ¿puede hablarnos brevemente de estos dos nuevos trabajos suyos?, ¿se encuentran en la misma línea que sus poemarios anteriores?

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-El tren de la lluvia, como ya he dicho en otras entrevistas, forma parte del mismo proyecto que Azul es el color de los desheredados, yo siempre he querido cerrar este trabajo en una trilogía, esto no quiere decir que un libro tenga que ser la continuidad del otro, más bien se trata de bailar estilos diferente pero siempre con la misma bailarina. Setecientos versos para Maindra, es un poemario que va revelando en pequeños flases una historia de amor adolescente vivida al otro lado de la frontera. Poemas confesionales que emergen desde la nostalgia. Versos de un amor que pudo ser y no fue.

-¿Cómo encuentra el panorama cultural en el Almanzora?, ¿sería necesaria más implicación por parte de las administraciones?, ¿se necesitaría que en los centros educativos se trabajara un poco más por conocer a los autores de la zona? -El panorama cultural del Almanzora yace en el desierto de los predicadores. Estamos viviendo uno de los peores momentos en la comarca en cuanto a eventos literarios se refiere. Necesitamos que exista un diálogo de coordinación entre la mancomunidad, los Ayuntamientos, IEA, y diputación, un diálogo que posibilite la puesta en marcha de proyectos culturales. En cuanto a la implicación de las administraciones en esta comarca, hoy en día es casi nula, y no es porque no haya medios, que los hay, lo que no hay es voluntad política, existe una abnegación hacia la cultura inexplicable.

-- A usted lo definen como un poeta social, ¿tiene que ver esa calificación con la historia de su pasado o encuentra más motivos de reivindicación en los momentos actuales? - Teniendo en cuenta que la poesía es la expresión de los sentimientos, la reacción espontánea, el bandoneón que agita la belleza, la danza invisible que marcan las palabras, podemos decir que la poesía no entiende de marbetes ni colores, ésta debe ser un arma de libre pensamiento que el poeta utilizará según le dicte el corazón o su conciencia. Según decía: no creo que al poeta como tal, se le pueda exigir ninguna clase de compromiso, si no es el de su autenticidad. Cuando escribo un poema lo escribo motivado por una emoción, por un sentimiento, por un algo, si ese algo es causado por una emoción de injusticia que han sufrido otros y a mí me repercute, entonces se diría que es poesía social, si la emoción viene dada por un encuentro amoroso, diríamos que el poema es de corte amoroso y así sucesivamente. Si usted dice que me definen como poeta social, será porque las emociones o circunstancias que han motivado parte de mis poemas las he percibido a través del dolor y sufrimiento de otro. Nunca he intentado escribir poesía social implícitamente.

-En su trayectoria hay un libro por el que usted ha sido premiado y reconocido 'Azul es el color de los desheredados'; una encuadernación a la que usted tiene especial cariño, ¿es una muestra de su reivindicación personal? -Sí que hay algunos poemas que muestran insumisión y no aceptan ser meros contempladores del entorno que cohabitan como algo ajeno que no les afecta, los poemas Mujer bajo palabra, Como hebras de agua y Está cayendo el hombre, entre otros, son composiciones que muestran la falsedad y el engaño en una sociedad de privilegios.

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-¿Qué de personal pude encontrar el lector en los poemas de sus últimos trabajos? -El lector puede encontrar sentimientos, vivencias, preocupaciones, retazos de una vida que han quedado atrapados como aromas ajenas en medio de las páginas, y lo más importante que el lector puede encontrar, es el compromiso y la forma que el autor tiene de estar en el mundo.

-¿Considera usted que la poesía está de moda o que por el contrario, en ocasiones, se reserva a ciertas élites sociales y cuesta más trabajo que llegue al público en general? Hágame una breve reflexión de cómo la poesía debe saber llegar un poco más a las "masas". - La poesía está y ha estado siempre como un medio más, capaz de contar historias y transmitirlas con ese plus que da la musicalidad y la belleza en el verso, esto sólo lo concede la poesía. Es cierto que la poesía es un género de minorías y que tiene un número muy reducido de lectores, por lo que proponer recetas mágicas para crear adictos es algo complejo y máxime cuando en el poema se alberga parte de esa complejidad. Pero sí que hay una opinión generalizada donde la mayoría converge, y es en utilizar el lenguaje de la realidad. José Hierro, dijo, en una de sus últimas entrevistas que él escribía utilizando el lenguaje con el que uno habla en la realidad. Juan Ramón Jiménez ?premio nobel- que él escribía como hablaba su madre. Yo creo que una de las fórmulas más compartidas es: Hay que hacer una poesía de gran calidad, pero utilizando el léxico coloquial de la calle.

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