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Eloísa Benítez
Martes, 10 de mayo 2016, 07:09
El primer encuentro con esta autora fue en el salón de actos del ayuntamiento, donde más de 70 jóvenes mantenían la atención des su palabras, escritos y poesías. De sus frases se desprende optimismo, vitalidad, inteligencia, sentido del humor y mucha mucha imaginación...
- Usted escribe mucho para las mujeres. Se la ve una mujer fuerte, vital y muy segura de sí misma. Va a entrar en una edad complicada para la mujer (desde mi punto de vista). ¿Qué consejos literarios puede dar a las mujeres con edades cercanas a los 50?. Me encanta tu pregunta porque precisamente en septiembre publico con Planeta (Ed. Alienta) un libro que hablará de las mujeres y que me ha ayudado muchísimo a saber que es ahora cuando puedo poner en práctica todo lo que he adquirido durante tantos años. En mi caso, puedo aconsejar sobre lo que hago a diario: deporte, vivir el presente y buscar espacios íntimos con mi pareja o con mis hijas, cocinar sano (me apasiona la cocina y, al tener el estudio en casa, cocino a la vez que hago mi trabajo) y relacionarme con mucha gente diferente y que me hace crecer. Pero, como me decía el gran Francisco Brines: la curiosidad es lo que nos mantiene en forma; las ganas de aprender. En mi caso estoy siempre en formación continua, soy una adicta a los cursos. Da igual de lo que sean, los imparto pero también los recibo. Cuanto más aprendes, más cuenta te das de que te queda todo por saber. Y, uno de los grandes consejos que yo he aprendido de mi madre, es practicar el agradecimiento de forma profesional; es decir, agradezco a la vida cada día, cada instante que me sucede, cada palabra hermosa o cada abrazo. Mi estado es el presente continuo y eso me hace sentirme afortunada y vitalista (la juventud es un estado; la vitalidad, una actitud).
- ¿De que manera su trabajo y el de los escritores, músicos o poetas... puede ayudar socialmente? -No es que podamos ayudar, es que tenemos la obligación de hacerlo. A mayor voz y presencia social, aumenta nuestra responsabilidad de gritarle al mundo por las personas que no pueden hacerlo. En mi caso, justo hoy, me preguntaban los alumnos cuál era el tipo de poesía que más me gustaba escribir y les contestaba que la social. Que era la que menos se vendía porque la gente quiere cosas hermosas, y es normal por el momento negativo que vivimos, pero que yo necesitaba hacerlo para sentirme útil. Precisamente acabo de terminar un poemario de poesía social. Eso sí, en cada final hay una gota de esperanza porque la finalidad de escribir sobre las injusticias o sufrimientos de otras personas es que estemos informados para poder erradicarlo y que no vuelvan a suceder.
- Usted dice que no escribe para un público concreto, sino para disfrute personal ¿no cree que siempre tiene que haber un público o un destinatario para sus trabajos?, ¿si nadie la leyera sería un absurdo? Por supuesto que hay que tener un público pero ese público se gana creando y siendo generoso. La literatura ha de dar y eso sólo es posible cuando se escribe disfrutando y desde la integridad emocional. En mi caso, trabajo muchísimo la poesía, muchísimo. Es un reto cada día para no repetirme, para que mis lectores se lleven lo mejor y para dar lo más ambicioso de mí misma. Pero lo hago desde mí para ellos; que no es lo mismo que escribir solamente para ellos. Yo escribo por necesidad y luego entrego mis poemas. Una vez en los libros o en las redes sociales es cuando sucede la magia: que mis lectores los hacen suyos... y eso es un milagro diario para mí.
- ¿Cree que en la educación falta imaginación?, Usted comenta que en su época de estudiante fuera de España encontró un tipo de contenidos donde se daba mucha importancia a la imaginación. -Yo estudié en España, en Andújar (de Jáen) y en Madrid, la carrera. Es mi hija la que ha estudiado en Oxford, en un instituto público, cuatro meses. Tenían clases de diseño y de arte en general (escultura, diseño de ropa, pintura, diseño gráfico) y daban clases de historia tres días a la semana. Me parecía fascinante. La ciencia, el arte y la cultura, unidas en una programación súper completa. Yo creo que la imaginación es escasa porque no se fomenta, por supuesto. Los humanos nacemos creativos por naturaleza pero la sociedad la va minando y erradicando. En la enseñanza pública sólo se fomenta aprobar los exámenes pero no se trabaja en la inteligencia emocional ni en las relaciones sociales que son las que mueven el pilar de cualquier persona de éxito. Y en eso tenemos muchísimo que trabajar porque al final tendremos adolescentes con un diez en matemáticas pero sin saber lo que es la empatía y que no saben como solucionar un conflicto. Para ambas cosas hay que ser creativos.
- Arguménteme por qué las personas poco convencionales deben tener también una oportunidad en la sociedad y creérselo (esta pregunta va dedicada para las personas que a veces pueden sentir que no encajan y se angustian, por ejemplo). -Precisamente para eso dimos a luz : "versos como azadas", la ONG que tengo el placer de amadrinar y trabajar cada mes: para limpiar estigmas de personas diferentes. Yo he sido diferente toda mi vida, ahora eso me da de comer pero te aseguro que intentaron convencerme de lo contrario. Suerte que mis padres creyeron en mí y me animaron a seguir. Eso sí, con formación, que es el pilar de cualquier proyecto. Lo fundamental no es que tengan una oportunidad en la sociedad sino que sepan que si ellos son diferentes, eso es una virtud. En el momento que esto sucede, es cuando encuentras tu hueco en la sociedad y ella te acepta o, como dice un autor que me encanta: es imposible gustarles a todos así que busca tu nicho de mercado de relaciones y dedícate a él.
- ¿Qué sensaciones le ha proporcionado la literatura?
La literatura me ha dado los grandes premios, que son los lectores apasionados y que cada día me dejan sus opiniones en la página de facebook o en mi web. Lectores que hacen suyos mis poemas o mis libros de autoayuda. Por otro lado, la literatura, escribir, colma todas mis emociones y es como el reposo para la fatiga, para la angustia, para las pasiones.
- Elija uno de sus poemas para esta entrevista.
Jugamos a amarnos hasta rompernos. A cambiar nuestras camisas y nuestra saliva (también nuestras posturas).
Jugamos a inventar un mundo donde podríamos vivir juntos (¿qué tal seis meses en mis sueños y otros seis en los tuyos?). Jugamos también ?que no me olvide? a llorar de amor mientras nos abrazábamos tan fuerte que crujían nuestros huesos.
Jugamos a comprarnos regalos y futuro; a compartir nuestros hijos (algunos más que otros) y a besarnos en los semáforos como si fuéramos adolescentes que que se quieren gastar las bocas.
Jugamos, pero sólo yo jugué en serio, aunque la partida, (y de eso estoy segura) la hayas perdido tú.
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