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DERECHOS FUNDAMENTALES Y DIGNIDAD DE LA PERSONA

No soy jurista. Pero llega un momento dado que es necesario cuestionarse la legalidad y legitimidad de las leyes; por un lado, y el papel del Parlamento, por otro. La crisis económica no puede ser el pretexto para quitar derechos inalienables de las personas: excpresión, reunión, huelga, trabajo vivienda, y un largo etcétera peligroso. El proyecto de ley de sobre seguridad ciudadana, me recuerda la Ley de Vagos y Maleantes del Franquismo. El hecho de multar administrativamente a los ciudadanos, protestar ante los políticos, o no fotografiar las fuerzas del orden público va contra natura. Las leyes son iguales para todos, y las mayorías políticas se encargan de desvirtuarlas, ¿ahora resulta que los políticos son intocables, que no se puede opinar y de que existe un modo único de entender la realidad social?

Gonzalo Pozo

Martes, 10 de mayo 2016, 06:16

Al ver la sociedad española los rumbos que esta tomando, da la impresión que los políticos mandan y gobiernan en todos los ámbitos de la vida. No hay nada objeto de discusión a nivel de ciudadanía. Y produce la impresión de que los ciudadanos somos unos borregos y tontos. La realidad social es muy distinta a los mundos de Yupi del Gobierno. Deberíamos de estar en las calles protestando porque gracias a las medidas económicas y legislativas, hay desigualdades sociales, paro, pobreza, exclusión social. Y con esta nueva ley, ni se podrá hacer huelga, pedirle explicaciones a los políticos, ni tener opiniones discrepantes, quieren tomar la calle con la policía y eso me recuerda mi época de Universidad, con la existencia de los llamados "grises". Tengo que añadir que las calles y las ciudades son de todos, con la cantidad de trabajos que se han perdido gracias a la deslocalización de las multinacionales, los paraísos fiscales y la evasión de dinero, el trabajo en precario y potenciando el despido libre, hace que la ciudadanía tome posiciones y debe de opinar, y pedir explicaciones a los políticos. Últimamente y con mucha frecuencia estamos viendo que hay sanciones administrativas por todo. Tenemos la ciudadanía derecho a que se nos escuche, la educación, la sanidad, el empleo, la exclusión social, que necesita mostrarse a nivel público no se puede prohibir. Seria conveniente que se hiciera una ley electoral basada en la proporcionalidad; no en que los partidos grandes y poderosos tengan mas representación que los grupos mayoritarios. A partir de aquí, hay que obviar la macroeconomía, y observar los problemas reales de la microeconomía, la economía de una casa, y analizar de manera objetiva las desigualdades, la pobreza y el hambre, y como muchas personas de la tercera edad sustentan a su familia. Por todo lo dicho recortar derechos fundamentales es el mecanismo que ha elegido el Estado para que los ciudadanos no protesten, ni expongan sus discrepancias. Las fuerzas de orden público van a tener un carácter represor; y sólo quien gobierna tiene sus reglas de juego e impone el pensamiento único. Los demás pagamos los platos rotos de una sociedad injusta y basada en la desigualdad, que admite la superioridad económica frente a la marginación social y la pobreza. La injusticia se manifiesta en el hecho de que no somos iguales, ni en derechos y obligaciones; los bancos, las multinacionales, etc...campan a sus anchas, ven con naturalidad el paro,la pobreza, la falta de vivienda digna, las pensiones mínimas y la exclusión social. A ellos le importa los buenos resultados económicos y no ven lo mal que lo están pasado más de 5 millones de personas. No es la primera, ni la última vez que se hacen leyes injustas y que van en contra de la ciudadanía,seria bueno que los signos de autoritarismo, y de determinismo social pasaran a la historia, pero el problema es que la involución y la mayoría absoluta, que deja a los políticos en el limbo del Congreso de los Diputados y el Senado, olvidándose de la realidad social que es mas dura y no se les proporciona soluciones aceptables. No sólo hay que ser libre, sino sentirse libre y poder ser uno mismo, opinar, tener voluntad propia, y cumplir con los derechos y deberes. Me preocupa bastante la situación social y la manera y el modo de legislar, la falta de intolerancia política, y los problemas de manipulación informativa social, entre las preferentes, los desahucios, el rescate de la banca y la poca sensibilización de los políticos, están convirtiendo la sociedad en un herial. Las leyes no dan respuesta a las necesidades de los ciudadanos; solo atiende a los bancos y las élites económicas, criminaliza las situaciones limites de falta de trabajo, pobreza, sanidad universal y para todos, y educación para todos. La corrupción de la clase política nos da una idea de las preocupaciones de los políticos frente a las preocupaciones serias de la ciudadanía. El poner orden social a nivel legislativo, recuerda mucho al Estado paternalista y represor, que no dialoga nada, que persigue a los que no piensa igual y que no admite otras expresiones. No siempre lo políticamente correcto es lo habitual, ni lo normal. Las leyes no deben hacerse para prohibir y criminalizar. Las leyes deben de dar respuestas a la sociedad y lo que esta muy claro es la falta de credibilidad de los dos grandes partidos políticos. A la sociedad real vive unos problemas insalvables y los políticos, o al menos, algunos de ellos viven otra realidad ajena a los ciudadanos. A mi meda vergüenza ajena porque no nos representan y no se hacen cargo de los problemas reales, creo que quien debe decir y actuar en consecuencia es la sociedad civil, y eliminar los prejuicios de los partidos mayoritarios.

Gonzalo Pozo Oller Profesor de Filosofía del IES "Rosa Navarro" de Olula del Rio.

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