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Positividad

Después de las Campanadas, el primer anuncio de las principales cadenas habla de positividad. Gestos de generosidad espontáneos, de honradez o de amor llevados a cabo por personas anónimas y captadas por cámaras de seguridad de todo el mundo han servido a Coca-Cola para montar un spot con el que la compañía reivindica la necesidad de ser positivos. "Miremos el Nuevo Año con #positividad" es el lema y, la verdad, falta nos hace con la que está cayendo. Porque si hacemos caso de los pronósticos, 2013 va a ser un año para olvidar, para tirarlo a la basura antes de que nos haya dado tiempo siquiera a quitarle el papel celofán con el que vienen envueltos los nuevos regalos. Políticos, estadistas, economistas, analistas, expertos y tertulianos de todo pelaje ya han dictado sentencia y han dictaminado que el que viene va a ser un año de mierda. Así de claro. Con una contundencia que asusta porque no deja el más mínimo resquicio a la esperanza. El horizonte es negro negrísimo, nos dicen, oscuro como la boca de un lobo.

ROSA ORTIZ

Martes, 10 de mayo 2016, 07:42

Bueno, pues aunque sea por llevar un poco la contraria a tanta videncia catastrofista, para explicarnos que se puede ser feliz incluso en momentos como éste, que se puede combatir ese estado de pesimismo galopante que nos rodea, no sé si os habréis dado cuenta pero en internet proliferan las páginas web que recopilan noticias positivas, triunfan los diseñadores que evocan el buenrollismo ?como el caso de Mr. Wonderful- o se venden como rosquillas los libros que ayudan a ver la vida de un color menos gris. Albert Figueras, especialista en farmacología clínica y profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, acaba de publicar, por ejemplo, un libro titulado "Pura Felicidad". Figueras, que se dedica a estudiar cosas tan fantásticas como la expresión de la felicidad en el cerebro, el engaño de la percepción, el placer o la pasión, cuenta que el bienestar subjetivo es un mosaico formado por distintas emociones positivas: la suma de algunos momentos de placer, una pizca de tranquilidad, buena adaptación a la incertidumbre, poca sensación de miedo inmediato y una chispa de motivación, y que aunque parece más fácil ser feliz cuando todo es bonanza y aparente seguridad, en épocas tan jodidas como ésta también es posible. En gran parte ?este experto dice que en un 40% más o menos- depende solo de nosotros mismos, de nuestra actitud.

Por eso, para contrarrestar tanta negatividad, este año pienso alimentar a mi 40% solo de esas pequeñas cosas que me ayudan a afrontar la vida con alegría: apagar el despertador y poder dormir 5 minutos más; saborear despacio el primer café de la mañana; salir a correr cualquier día del invierno y notar el frío en la cara y, al acabar, sentirme sana, fuerte, eufórica, felizmente cansada; sonreír, abrazar, tocar a la gente que quiero; leer más libros, escuchar más música, ver más pelis con mi chico en el sofá... en definitiva, vivir, más allá de lo que nos digan los periódicos. A todos, Feliz 2013.

 

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