'El pasado no es siempre lo que parece'
Entrevista a Carmen de la Rosa por María del Mar Pérez Tijeras.
Mª Mar Pérez Tijeras
Martes, 10 de mayo 2016, 06:40
Cuando Carmen de la Rosa presentó este verano en Serón su novela El Al Mizar, anunció la pronta publicación de un nuevo libro. La autora, pregonera oficial de las fiestas patronales del 2012 y que vive en la ciudad alemana de Hiedelberg, se declaró sevillana de nacimiento y seronense de corazón. Dijo en su discurso que su novela, El inglés de Serón, es una historia cargada de intriga, de recuerdos, de aventuras, de pasajes dramáticos, a veces amables. Y que la había adornado con viejos dichos y humorísticas expresiones del habla almeriense.
La novela de Carmen de la Rosa comienza cuando Marina West, la protagonista, recibe un extraño fax de Lisa Turner. La joven inglesa le hace un importante encargo: investigar la muerte de su abuelo, el director de Los Ingleses, la compañía minera de Serón. Ese cometido la llevará a reencontrarse con lugares y gente de su pasado. Así, Marina, convertida en detective en contra de su voluntad, a la vez que indaga la enigmática muerte del inglés revisa su vida para atesorar los más entrañables recuerdos antes de que una enfermedad cruel se los arrebate.
Durante la lectura de la novela uno no deja de hacerse cábalas sobre quién es el asesino. ¿Cómo consigue engañar al lector y mantener la intriga hasta el final?
Sí, es complicado mantener la intriga durante toda la narración. Hay que dar vueltas y revueltas, y encajar las historias de todos los personajes: sus biografías, sus semblanzas, las aventuras, los secretos, los datos históricos...Lleva bastante tiempo la concepción de la obra, y muchas horas de escritura. Esa es la tarea del escritor de novelas de intriga o policíacas, montar un laberinto más y más enrevesado conforme se acerca el desenlace. Y si el autor consigue un final imprevisto, entonces no engaña al lector, no lo decepciona. Al revés, al lector le apenará terminar la novela porque ha disfrutado de su lectura. Es una enorme satisfacción para el autor el conseguir desenmascarar al criminal justo al terminar el libro.
¿Es cierto que el asesinato del inglés está inspirado en hechos reales?
Cuando compramos la casa inglesa, Remedios Carrizo, su casera, me contó la historia del ingeniero inglés que murió por la coz de su caballo. No pude imaginarme entonces, hace más de cuarenta años, que un día sería escritora, y que iba a utilizar esa extraña muerte como leit motiv de una novela.
La protagonista padece alzheimer en una etapa incipiente. ¿Por qué eligió como narradora de la historia a un personaje que perdería sus recuerdos?
Tengo una amiga que es como una hermana. Le diagnosticaron alzheimer hace tres años. Yo había notado, años atrás, que mi amiga tenía pequeños olvidos y despistes. Llegué a pensar que sufría esa dolencia. Pero dejé a un lado mis sospechas porque su capacidad cognitiva permaneció intacta durante diez años; logró llevar una vida totalmente normal. Eso mismo le ocurre a mi protagonista, ella está en esa primera fase de su enfermedad.
En la novela los personajes utilizan el lenguaje sencillo y las expresiones populares de las zonas de donde proceden. No debe ser tarea fácil recordar e introducir en la novela ese habla, esa jerga, máxime cuando lleva usted bastantes años fuera de nuestro país. ¿Cómo lo consiguió?
Es cierto lo que dice, y curioso. Tenía olvidadas esas ocurrencias, dichos, palabras...esa manera tan característica que tenemos los andaluces de expresarnos. Me pasó con El Al Mizar; fue ponerme a escribir y llegarme el habla de mi infancia. Con El inglés de Serón me ha ocurrido igual. Se mantuvo en mi memoria el lenguaje coloquial y sencillo que tanto usé y escuché de joven. Y ha surgido con suma facilidad cuando me ha hecho falta.
Algunos de los personajes de su novela tienen una estupenda afinidad y relación con Serón. ¿Es el reflejo de su propio vínculo con el pueblo?
Sí, desde luego. Me he inspirado en personas de Serón que conocí y traté cuando pasaba fines de semana y vacaciones en La Zalea. Y en los buenos amigos que hice en los quince años que viví en Almería. Marina, Cora, Leonor, Engracia, Mar, Benito...son ellos. Algunos muy reales, otros disfrazados, o totalmente inventados. Y es verdad, mi novela refleja la especialísima relación de cariño que tengo con el pueblo y su gente.
Independientemente de la faceta policíaca y lúdica de su novela, surge en ella el pasado minero y el entorno paisajístico de Serón. ¿Cree usted que merece la pena visitar y conocer Serón?
Serón, y su Sierra de Filabres. Sin lugar a duda merece la pena. Aparte de ser para mí, junto con Mojácar, el pueblo más bonito de Almería, pienso que Serón es un lugar ideal para pasar las vacaciones. El verano en los Filabres es dulce, tranquilo, de noches claras y fresquísimas. Y también alegre, con sus numerosas fiestas, como la famosa Feria del Jamón. Su gente es muy emprendedora. Hay muchos jóvenes bien preparados que han elegido vivir en el pueblo, y educar a sus hijos en un ambiente sano, rural. Serón es un pueblo con futuro, de eso estoy segura.
Aunque la acción de su historia transcurre prácticamente en la Andalucía Mediterránea, la protagonista va en su avioneta a Minas de Riotinto, a Huelva. ¿Ha querido usted hacer así un guiño a la Andalucía Atlántica, entorno en el que transcurre gran parte de su novela anterior, El Al Mizar?
No, no es así. El Al Mizar, como usted bien dice, es una novela de la Andalucía Atlántica. Y también de Heidelberg. Mi nueva novela es mediterránea, tiene un sabor distinto. Aunque las dos son novelas costumbristas y de intriga, ambientadas en el sur y en la misma época, son totalmente distintas por las peculiaridades de sus gentes, sus paisajes, los aconteceres históricos, el habla... Por otra parte, para ambientar la Compañía de Los Ingleses de Serón me era necesaria la conexión con Huelva, con sus importantes minas anglo-andaluzas. De jovencilla conocí muy bien Riotinto. A mediados de los sesenta pasé allí algunos veranos, mi hermana mayor estuvo casada con un ingeniero de minas. Viví en Bella Vista, el barrio inglés. Conocí las costumbres de los pocos ingleses que quedaban. Y bueno, Scott, el inglés de mi novela, llega a Serón rebotado de la Compañía de Rio Tinto por el escándalo Pilkington. Todo encajaba, no fue un guiño.
En la sinopsis de El inglés de Serón aparece una frase enigmática: " Somos poco más que nuestros recuerdos, pero el pasado no es siempre lo que parece". ¿Opina usted realmente que el pasado no es siempre lo que parece?
Es complicado el tema del pasado, del devenir del tiempo. Yo creo que el presente se forma en gran parte del pasado, las experiencias de nuestro pasado nos construyen. No obstante pienso que no debemos planificar el futuro basándonos exclusivamente en el pasado, porque como dice esa frase: el pasado no es siempre lo que parece. Ahí entra el misterio, la ocultación, la intriga...¿Fue así tal cosa, ocurrió de esa manera? ¿Esa persona es como yo creía que era, como yo la recuerdo? A veces nos llega una sorprendente revelación, una confidencia, descubrimos un secreto que echa por tierra lo que creíamos, le da un vuelco a nuestra vida. Eso les ocurre a personajes de mi novela que descubren cómo sus vidas pudieron haber sido muy distinta si...
De todas formas, fundamentalmente somos nuestras vivencias, nuestros recuerdos. De ahí la ansiedad de Marina cuando conoce, a ciencia cierta, que los va a perder. Encuentra paz y alivio cuando decide escribir su día a día, para que no se le escape la vida como cuando coges agua con las manos, y se te escurre entre los dedos.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.