La venganza al traidor de Judas
La Semana Santa ha tocado a su fin. Hoy seha conmemorado de diversas maneras la Resurrección de Cristo en los municipios del Valle del Almanzora. Celebraciones con un sabor especial, ya que se une la tradición andaluza con ciertos ingredientes de influencia murciana y levantina. Se conservan además, algunos ritos y costumbres populares que hunden sus raíces en un origen pagano, y que la religión católica ha adaptado a sus celebraciones religiosas, estos festejos de carácter lúdico religiosos son enriquecidos con la gastronomía tradicional y estacional de sus pueblos.
Remedios Carrión Ortega
Martes, 10 de mayo 2016, 07:22
Llama la atención la venganza contra 'el Judas', el apóstol traidor, que se celebra en los municipios de Urrácal, Somontín, Lúcar, Armuña del Almanzora y Alcóntar. Aunque en cada pueblo tiene matices distintos, como elemento común, se representa la muerte de Judas, que es simbolizado por un muñeco de paja, que se acompaña con fuegos artificiales, carretillas y petardos y pólvora.
Los vecinos municipios de Urrácal y Somóntín, este año han recuperado con auge su peculiar tradición cuyo origen se desconoce, aunque coincide con otras muchas extendidas por otras culturas y otros lugares del mundo. Años atrás, se consideraba una tradición pagana de iniciación, en la que los jóvenes de la comunidad dan el paso de niños a hombres. Para ello, probaban su fuerza y su valor y plantando en el suelo el árbol más grande que encontraban, un símbolo en el que el tamaño es uno de los factores determinantes. En la actualidad, los juderos han conservado la esencia pero también se han incorporado a la tradición, la presencia de mujeres, las juderas.
Los preparativos comienzan días antes, pero es el Sábado de Gloria cuando se celebra la noche del Judas y se ultiman los detalles para que todo salga bien. Se interrumpen los preparativos unos minutos antes de las doce de la noche para ir a la puerta de la iglesia y, rodeándola de traca y con abundancia de cohetes, celebrar sonoramente la Resurrección.
Durante toda la noche, continúan los preparativos del Judas, se termina de colocar el enorme álamo donde se cuelga y se decora la plaza para que todo este preparado para la quema del muñeco. Esa noche en Urrácal se reúnen los vecinos en torno a una hoguera, que se enciende en la plaza. Juntos degustan las típicos postres de Semana Santa, como los buñuelos acompañados de chocolate, que este año han sido preparados por las mujeres de la Asociación Zábila.
Al amanecer ya está todo preparado para el momento de la quema del Judas. Crece la expectación momentos antes de que concluya la solemne misa. Cuando las campanas anuncian su término llega el gran momento. El espectáculo de luz y sonido comienza con una traca que da inicio a la quema del Judas. En pocos minutos no queda ni rastro del apóstol traidor, aunque continúa quemándose el gran árbol ubicado en el centro de la plaza principal. La alcaldesa de Urrácal, Maribel Serrano, felicita «a los juderos de este año por su implicación, su comportamiento y buen hacer en la recuperación de esta tradición urraqueña». Por su parte, los juderos y juderas agradecen a su pueblo su colaboración y participación. Todos juntos disfrutaron de una paella al término de la fiesta.
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