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Eloísa Benítez
Martes, 10 de mayo 2016, 07:47
El alcalde daba una calurosa bienvenida a su paisana, agradeciendo el hecho de que cada vez que presentaba un libro lo hiciera en su pueblo "rodeada de tantos amigos y familiares".
Juan Grima, por su parte, recorría brevemente la andadura profesional de la escritora, alabando la dulzura, cercanía y cariño con que siempre ha tratado sus personajes y señalando que tal vez él sea el culpable de que Remedios Martínez Anaya no sea más conocida a nivel nacional porque la editorial que representa no está a la altura de su "gran profesionalidad". En este punto aseguró que "otras editoriales más famosas o conocidas podrían haberla encumbrado más alto".
Grima definió a la escritora como una persona muy equilibrada que desde la objetividad y la cercanía ha defendido siempre a la mujer en sus trabajos literarios, argumentando, a su vez, que sus libros "no dejan indiferente a nadie".
Pérez Baldó, en su intervención, se centró en 'Azul y Rojo', explicando que esta novela se compone de dos cuentos con dos historias diferentes narradas a través de dos niñas y un tercer componente o narrador que presenta la trama "sin tomar partida por ningún bando de los representados en la historia". El escritor almeriense, gran admirador de Remedios Martínez y de su obra, le sugirió un encuentro final entre las dos niñas para este libro.
La escritora, con sus palabras, expuso su intención a la hora de hacer esta novela, en la que -aseguró-, ha querido aportar su pequeño grano de arena que sirva para mirar con objetividad la historia pasada de la guerra civil y posguerra, "enterrando los rencores". Martínez Anaya subrayó también la inutilidad de la violencia "que siempre se ceba con los más inocentes".
Para recrear estos personajes, y como en sus novelas precedentes, la escritora se ha documentado con libros, escritos, entrevistas a personajes de la época e incluso visitando los refugios de Almería para conseguir meterse en el papel de las dos niñas. En este aspecto, Anaya asegura haber realizado un gran esfuerzo para conseguir mentalizarse de los sentimientos de sus dos principales personajes. "He disfrutado imaginando como pensarían y actuarían; estas dos pequeñas representan un canto a la libertad y la concordia de los españoles", puntualizaba.
Azul y rojo
Se trata de un libro dividido en dos partes, cada una con una historia diferente: en la primera, la guerra civil es contada por una niña de siete años, hija de una beata "fascista" que -por sus ideas- pasa la guerra civil presa en la cárcel de Gachas Colorás, en Almería. En la segunda historia, la posguerra es contada por otra niña, hija de una mujer "roja" que igualmente pasa muchos años de su vida en las cárceles del franquismo por razones insignificantes. Dos historias basadas en hechos reales, a las que Remedios Martínez Anaya les ha dado vida propia. O sea, la guerra y la posguerra narradas en primera persona por dos niñas, desde la ingenuidad e incomprensión de todo lo que sucede a su alrededor, cuyas vidas y las de sus familias, a causa del enfrentamiento civil y bélico, se ven sometidas y sufren un importantísimo giro. (Colección Narrativa (nº 42).
Algunos datos de su biografía
Remedios Martínez Anaya nació en Serón (Almería), cursó estudios de Magisterio y ejerce como maestra de Educación Infantil en un colegio público. Está casada y es madre de cuatro hijas. Aficionada a la literatura desde muy joven, ha ganado, entre otros, los siguientes premios de poesía: ganadora en los años 1996 y 1997 del primer premio, en la modalidad de poesía, de la Asociación Ámbar de la Plataforma Andaluza para el Lobby Europeo de Mujeres; segundo premio en el Certamen Andaluz Mujerarte, de Lucena, en 1998.
Aunque no ha publicado hasta su madurez, empezó a escribir desde muy joven, relatos cortos y poesía, campo éste último en el que ha publicado dos libros: Mendigos (2001) y Lágrimas de Afganistán, incluido al XIX Concurso de Poesía Ciudad de Zaragoza Poemas 2001 (2001).
En su primera novela El Duende. Memorias de Cecilia Huertas (2001) sorprendió por su frescura como narradora, impregnando los textos de una enorme sensibilidad poética, al tiempo que ofrecía una demoledora crítica social a la situación vivida en las tierras del sureste almeriense.
Con su segunda novela, Moxácar. El amor en tiempos de la Inquisición (2003) la autora recrea a partir de un viejo proceso judicial el complejo mundo del siglo XVIII, en donde se plasman las dificultades de la mujer de antaño -y de los disminuidos físicos de todos los tiempos- para poder realizarse en el amor. En Rosa de sangre y otros relatos (2005), reúne varias historias de mujeres, heridas de alguna forma por la injusticia y el egoísmo.
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