Hacia Rutas Salvajes

No sé porque lo hicimos pero la semana pasada a mi amiga África y a mí nos dio la ventolera naturista y nos marchamos a La Pedriza (un pequeño parque natural en la sierra de Madrid) a hacer una ruta medio inventada por nosotras de hora y media. Pese a que hoy, casi seis días después, sigo con pequeñas agujetas (es lo que tiene no practicar deporte en mucho tiempo), me estoy pensando muy seriamente lo de hacer este tipo de excursiones una vez al mes por lo menos. Hacía que no pisaba La Pedriza unos doce años. La última vez que lo hice estaba en el colegio y no recordaba lo bonita que es y las vistas que tiene, con un horizonte salpicado por la silueta de la capital. Subida allí sobre una roca y respirando un aire tan puro que incluso me dolían los pulmones me di cuenta de que no sabemos apreciar lo que tenemos a nuestro alrededor y eso, creo yo, es una verdadera lástima. He de decir que me recordó bastante a la comarca del Almanzora y a esas pequeñas pero intensas visitas a sus pueblos con dos personas de cuyo nombre no quiero acordarme (sí que me acuerdo pero eso queda para nosotros).