Remedios Carrión Ortega
Martes, 10 de mayo 2016, 07:24
En el Valle del Almanzora existe una mayor afición a la suelta de palomos en celo que a los concursos de razas y o cría de mensajeras. Para hablar de los orígenes hay que remontarse a la época musulmana, dado que fueron los árabes los que introdujeron el interés por el vuelo de los palomos. El palomo con el que se practica el deporte de la colombicultura desciende de la paloma buchona traída a España en el siglo VIII y ha sido utilizada como medio de recreo y distracción a través de los años, pero mejorada mediante cruces realizados por los grandes aficionados hasta conseguir el palomo deportivo andaluz, tal y como se denomina actualmente, ya que aparece ya sólidamente afincado a Andalucía a mediados del pasado siglo. En el caso de las exposiciones de raza, existen 19 nacionales de las cuales 13 son razas autóctonas de Andalucía.
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En la actualidad, en toda la provincia hay alrededor de 10.000 aficionados. Los palomeros almerienses llevan todo el año adiestrando a sus mejores animales para conseguir llegar a ser campeones nacionales. De los diversos eventos deportivos comarcales, intercomarcales, y de repesca saldrán los clasificados que medirán sus armas de seducción a la hora de cortejar a la única hembra. La expectación va creciendo durante las diversas sueltas de celo que se van celebrando en el Valle Almanzora, en la comarca de Andarax, Tabernas, Balanegra, Benahadux o El Alquián. Mención aparte, merecen los comarcales Repesca de Retarmar, el comarcal José María Rodríguez Pérez, ?El Tite' o el Comarcal Especial Antonio Puertas. El Concurso de Pichones tendrá lugar este año en Vícar y el provincial comenzará el 8 de marzo en el término municipal de Huércal- Overa. Finalmente, llegará el gran campeonato nacional que comenzará a partir del 3 de abril con las pruebas de enseñanza.
Los colombicultores preseleccionados de toda España esperan impacientes el comienzo de esta prueba. El esfuerzo y el dinero que han dedicado a sus atletas del aire puede verse recompensado. Primero, se soltarán a los cien machos, que previamente tiñen con colores para identificarlos, más tarde a la hembra ataviada con una pluma blanca. Una nube de colores se forma a su paso provocada por el color de su plumaje. Cuatro árbitros seguirán atentamente cada movimiento y cada posición para valorar su actuación de cortejo. Los jueces de este curioso deporte irán tomando nota de cada detalle durante las dos horas y media, que dura cada prueba.
Como la única misión del macho en celo es atraer a la paloma, el ejemplar será valorado por su constancia en el vuelo o en la tierra, por el número de marcadas hacia su palomar y en general por todo tipo de acto que conquiste a la acosada hembra. Durante el tiempo que se desarrolla la prueba, muchos palomos irán volviendo a los cajones que les han servido de casa durante el mes que aproximadamente dura la competición. Finalmente, se decidirán los ganadores que serán premiados con trofeo y premios en metálico de hasta 6.000 euros. Desde la Federación Andaluza de Colimbicultura se recuerda que es un deporte que cada vez suma más adeptos. Los palomeros mayores van transmitiendo la pasión por la colombicultura, que cada vez tiene más aficionados. La Federación Andaluza considera que es necesario un mayor apoyo por parte de las administraciones públicas ya que se trata de un deporte que potencia la vida saludable y que en eventos como el Campeonatos Nacionales supone un punto de atracción turística.
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