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Martes, 10 de mayo 2016, 06:16
"Desquiciado Romeo" se abre con dos prólogos, escritos por Pilar Quirosa y Francisco Domene, poetas cercanos y conocedores de la poesía ágil y moderna de Fernández, quien está considerado como un autor del instante y audaz, de planteamientos cercanos a "la nueva sentimentalidad" aunque con reconocidas influencias de los clásicos del 27 y el 50. Con los prólogos se pretende mostrar el amor desde las perspectivas femenina y masculina, iniciando un diálogo o cortejo con el que posteriormente se desarrolla la lectura del libro. Quirosa afirma sobre la obra que representa "el viaje inabarcable, las palabras no dichas, caminando en materiales de olvido. El tejido que potencia los caminos interrumpidos por las barricadas del alma, el recuerdo de un cuerpo que se torna holograma, en medio de ese infierno, que es el de todos". Por otro lado, Domene sostiene de manera tajante que "si para los que aman la vida fuera un epitafio interminable, un propósito puesto a prueba; si un mundo nace cuando dos se besan, como le gustaba asegurar a Octavio Paz; si amamos por lo que somos cuando amamos, beban los versos de este muy recomendable Desquiciado Romeo. Así sabrán por qué su autor se basta a sí mismo para perder trenes y cómo llega a sentir que para tener a alguien es mejor no tenerlo, en la mejor tradición de Pedro Salinas".
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Francisco Javier Fernández Espinosa cuenta ya con una amplia obra publicada y también es conocido por su labor e interés investigador y de gestión cultural.
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