"Ella lo había preparado todo, me quería hacer la 'tres catorce' y me engañó"

 

Ambos imputados, para los que la Fiscalía interesa penas de casi 35 años de prisión, negaron ante la Sección Tercera su implicación en los hechos. En este sentido, la mujer, C. C. R. y de 48 años, definió la versión dada por la denunciante como «un invento» y aseguró ante la sala que si su marido «hubiese violado» a la mujer, ella misma «habría matado a los dos» posteriormente. C. C. R., que se enfrenta a 10 años y nueve meses de prisión, tildó de «embustera» la versión de la mujer al señalar «numerosas contradicciones» en su relato de los hechos. Así, C. C. R. negó que, tal y como aparece en el escrito de acusación del Ministerio Público, se personara en la casa de la suegra de la víctima y le pidiera a este que le acompañara a su casa para que «le ayudase a poner una lavadora». De hecho, manifestó C. C. R., «nunca he tenido una lavadora en mi casa». Por otra parte, la acusada manifestó que su marido «en ningún momento» mantuvo retenida a la mujer y negó, asimismo, que hubiera trasladado a esta hacia un cortijo donde esperaba su marido y donde se habrían producido los hechos denunciados. Por su parte, J. R. S. T. admitió que mantenía una relación desde hacía un año y medio con la denunciante. En este sentido, el acusado señaló que ella le había pedido en «varias ocasiones» que dejara a su mujer y a sus hijos, a lo que él le había pedido «más tiempo». Ante esta respuesta, aseguró el acusado ante el juez, ella «se inventó esta historia». El acusado, de 48 años y vecino de Pulpí, que negó los hechos denunciados por su presunta víctima, defendió que ambos mantuvieron relaciones «consentidas» en un cortijo abandonado frente a una gasolinera. Por ello, aseguró que no había forzado a la mujer a mantener relaciones tras señalar ante la sala que ambos habían acordado en verse y que posteriormente se marcharon al cortijo donde, según el relato de este, cenaron en compañía de sus tres hijos y de su mujer. Mientras que la defensa, ejercida por el letrado Antonio Sánchez, pide la libre absolución para los acusados ante «la gran cantidad de contradicciones en el relato de los hechos de la denunciante», la letrada Josefa Castillo, responsable de la acusación particular en esta causa, destacó ayer que el matrimonio «no mantuvo lo que había declarado ante el Juzgado y ante la Guardia Civil» mientras que su cliente, aseguró, sí que habría ratificado la versión mantenida hasta ahora. En este sentido, Castillo destacó que ambos acusados «cambiaron gran parte de lo relatado. La mujer no había admitido nunca nada y ahora cuenta una nueva historia mientras que él, que había admitido mantener relaciones con la víctima hasta en cinco ocasiones, dice ahora que sólo fue una vez», aseguró. «Clara y contundente» La abogada de la denunciante defendió que «no existe ninguna duda sobre los hechos» y afirmó que la víctima fue «clara y contundente» frente a las preguntas realizadas por la defensa. La Fiscalía considera probado que en marzo del 2012, C. C. R. acudió a la casa de la suegra de la víctima, una joven de 32 años a la que ella y su marido conocían, y pidieron a esta última que los acompañase. La joven de 32 años se introdujo en el vehículo de C. C. R., en el que también iban los tres hijos de la pareja, y fue conducida hasta un cortijo en el que, según el relato del fiscal, se encontraba J. R. S. T., que aguardaba a las mujeres con una escopeta. En dicho lugar tuvo lugar una discusión y un forcejeo en el que la víctima intentó escapar sin éxito y posteriormente fue violada por el hombre en el campo, quien presuntamente la amenazó de muerte y efectuó varios disparos al aire. La mujer permaneció así secuestrada durante dos días, en los que supuestamente fue forzada sexualmente por J. R. S. T. con el apoyo de C. C. R.