Tíjola engalanó sus calles con serrín tintado al paso de la Virgen de Fátima

Los vecinos de Tíjola, un año más, han sabido sacar partido al mes de las flores y decorar calles y plazas con serrín tintado para dar paso a la procesión de la Virgen de Fátima. Una explosión de color inunda las avenidas y pequeñas calles del pueblo con imágenes figurativas muy trabajadas a base de serrín coloreado con tonalidades alegres y fuertes que embellecen y transmiten alegría a las actividades de este 'Día Grande' en la localidad.

Eloísa Benítez

Martes, 10 de mayo 2016, 07:56

 

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Como en ediciones anteriores, muchos han sido los visitantes de otros pueblos y comarcas que se han acercado a Tíjola para compartir esta colorida tradición o a disfrutar de las paellas elaboradas por los propios vecinos con las aportaciones que el ayuntamiento ha hecho a cada calle decorada. Los datos indican, que desde hace más de sesenta años (algunas fuentes citan el año 1959), se viene realizando esta procesión que discurre por las calles más populares y en la que los vecinos se esfuerzan por engalanar las fachadas, balcones y rincones con todo tipo de elementos ornamentales de origen artesanal, como colchas o cerámica tradicional y con otros elementos naturales; como ramas de árboles y hierba cortada, resultando esta una de las costumbres más singulares y vistosas del Valle del Almanzora.

Esta actividad aúna color, alegría, planificación, diseño, tradición, folclore, entusiasmo y mucho trabajo; cuyo resultado no solamente sirve para festejar el Día de la Virgen de Fátima, sino que ayuda al turismo local con la visita de vecinos de otros pueblos, embellece por uno días las calles del municipio y contribuye a la unión y convivencia vecinal. Por tanto, la festividad resulta, sobre todo, una fiesta y costumbre vecinal porque los protagonistas en torno a la Virgen de Fátima, son los vecinos de Tíjola en sus diferentes calles; ahí precisamente radica el éxito de la convocatoria y de la participación como clave del masivo seguimiento de este encuentro.

Muchos de estos protagonistas encuestados por Ideal, aseguran disfrutar con la cita anual: «Aunque resulta trabajoso, el resultado de nuestro esfuerzo conjunto es admirado y compartido por unas horas por el resto de vecinos y amigos de otras calles o pueblos», indica orgullosa María; una vecina de Tíjola. Desde primeras horas de la mañana y en días anteriores a la fiesta e incluso desde meses, se preparan los dibujos que se realizan en las calles con alfombras de serrín tintado o hierbas aromáticas. La procesión siempre va acompañada en su recorrido por el estruendo de tracas y fuegos artificiales. Destacar, por otro lado, que con los años, se ha recuperado la tradición de celebrar en medio de la procesión la Misa al aire libre; siempre seguida en su recorrido hasta su ermita. Además, de las espectaculares calles, se visten altares y ventanales en lugares estratégicos. El resultado; un autentico día lúdico-festivo, donde se combina lo religioso y lo profano desde la autenticidad de su pueblo.

Fotografía: Antonio Luis Pozo Marin

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