Ideal.es
Martes, 10 de mayo 2016, 06:20
Publicidad
De San Sebastián conocemos que era un soldado milanés de guar-nición en Roma y que fue mártir por no reconocer la divinidad que el empe-rador Diocleciano (284-305) quería atribuirse para obtener una unidad po-lítica en el Imperio Romano. Se conoce el sepulcro donde fue enterrado; en la Vía Appia, que fue catacumba de los primeros cristianos. Ha sido venerado como Santo desde la antigüedad y el Papa Cayo le otorgó el titulo de defen-sor de la Iglesia. Iconográficamente se le representa ya desde la antigüedad: atado a un tronco de árbol y atravesado su cuerpo por flechas.
D. Juan de Austria es encargado por el monarca Felipe II para sofo-car la rebelión de los moriscos del Reino de Granada en 1569. Es como él militar y defensor de la fe; San Sebastián, y D. Juan de Austria hace del segundo un gran devoto; en el siglo XVI era un honor para un militar cristia-no luchar contra los infieles y, a ser posible, morir en combate.
Así los núcleos de población que eran conquistados por sus tropas estaban acogidos a su patronazgo. De este modo desde las alpujarras grana-dinas, Caniles, Tíjola, todo el valle del Almanzora hasta Lubrín y todo el valle del Andarax quedan bajo el patronazgo de San Sebastián.
Ginés Pérez de Hita en su obra «Guerras Civiles de Granada» nos relata, como era y los medios que utilizaron los cristianos frente a los moriscos; la conquistó un Jueves Santo con doce cañones y, así nos describe el lugar: «Luego que su alteza dio fin a lo de Serón, mandó que el campo tomase la vuelta de Tíjola, lugar antiguo y fortísimo con un castillo inexpugnable, fabri-cado sobre unas peñas muy altas y tajadas, donde los moros recogidos de todos aquellos lugares, como Urracal, Armuña, Bayarque y otros muchos, tenían depositadas sus prendas más queridas, pareciéndoles estar seguros. Marchó al campo con el orden que designó su alteza, y llegando a Tíjola la Nueva, que era otro lugar que estaba en lo bajo, donde los moros se habían ido, subiéndose a la población antigua y castillo fuerte, asentó su real toman-do la traza que era conveniente para estar mejor y con menos peligro» para la batalla.
Publicidad
Nosotros vamos a sustituir el guerrear por la lucha, el cuerpo a cuerpo, el salto y los ofrecimientos de los roscos, los sonidos de los cañones los sustituiremos por los cohetes y la algarabía que preside San Sebastián, compartiremos, el pan, el vino y la fiesta, Y gracias al pan, celebraremos la alegría de vivir.
Gonzalo Pozo Oller
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.