Pasos firmes hacia la futura declaración del Parque Natural Sierra de Los Filabres
Pasos firmes los que ayer recorrieron algunos de los lugares más emblemáticos de la Sierra de los Filabres con un destino claro; la declaración del Parque Natural Sierra de Los Filabres. La Asociación Cultural El Perro Asirio, arropada por alrededor de 50 personas realizó su primera actividad oficial para reivindicar la figura de protección para la sierra, como una necesidad para su conservación y un motor de desarrollo para los pueblos y las gentes de Los Filabres.
Remedios Carrión Ortega
Martes, 10 de mayo 2016, 07:40
Los senderistas partieron desde la plaza de la Constitución del municipio de Purchena, sede del colectivo, para adentrarse en una de las sierras más desconocida de la provincia, en ocasiones, también para sus habitantes. «Sólo conservaremos lo que amamos, sólo amaremos lo que conocemos, y sólo conoceremos lo que nos enseñen», la cita de Baba Dioum, conservacionista senegalés explica el doble objetivo que persigue la actividad. Por un lado, la asociación sin ánimo de lucro quiere hacer un llamamiento público para buscar alianzas y apoyos para la consecución del objetivo y divulgar los valores naturales, patrimoniales e históricos de una sierra, que constituye el principal macizo montañoso de la provincia de Almería y una de las superficies forestales públicas más extensas de toda Andalucía. Por otro lado, busca la consecución de la marca Parque Natural Sierra de Los Filabres. «Tenemos la esperanza de que gracias al esfuerzo y la alianza de todos, administraciones y sociedad, conseguiremos restaurar ese eslabón que unía a la población del Valle del Almanzora con su sierra y que con ello transmitiremos a las generaciones futuras un legado de incalculable valor, fuente de disfrute y recurso para el desarrollo individual y colectivo», explicó Antonio Martínez, presidente de la Asociación Cultural El Perro Asirio.
El colectivo recoge así una vieja reivindicación, que tiene ahora una nueva oportunidad, especialmente ante la profunda crisis que vive la comarca, duramente afectada por la caída del sector de mármol. Ayer se puso de manifestó la enorme potencialidad de la Sierra de Los Filabres derivada del extenso patrimonio público existente en Filabres y de las posibilidades del territorio para emprender iniciativas de desarrollo público-privadas generadoras de empleo y riqueza para llevar a cabo experiencias sostenibles de puesta en valor de los recursos naturales como el turismo rural, el activo-deportivo, el micológico o el etnográfico-cultura, aprovechamiento energético de la biomasa procedente de los trabajos de naturalización y limpieza de los extensos pinares de repoblación existentes en el ámbito o la explotación económica de la calidad cinegética del espacio, así como la creación de un sector de servicios asociado.
La actividad, titulada 'Sierra de Los Filabres, Sierra de La Esperanza', contó con la presencia de uno de los principales historiados y conocedores de la sierra, Juan Torreblanca. Hijo de mineros, realizó una tesis doctoral sobre el poblado minero de las menas de Serón y sigue estudiando cada día la singularidad de esta zona a través de los testimonios de personas que vivieron allí.
José Luis Caparrós, ambientólogo y técnico en Medio Ambiente de la Junta de Andalucía explicó a pie del terreno los numerosos valores medioambientales y naturales de la sierra. Los senderistas conocieron el antiguo poblado de Los Carrascos, una acortijada realizada íntegramente con pizarra con enorme valor patrimonial. También tuvieron la oportunidad de conocer un de los antiguos pinos centenarios, uno de los pocos supervivientes de la sierra antes de la reforestación. En las Menas de Serón se soltaron varias aves del Centro de Recuperación de Veléz Blanco. La actividad finalizó con la lectura de una poesía en honor a la sierra, creada por Pedro Mario Fernández, encargado también de la lectura del manifiesto del Perro Asirio a favor de la declaración de Parque Natural Sierra de Los Filabres, en un lugar tan emblemático como la encina milenaria de la Peana, el árbol más grande de Andalucía. Allí se procedió a la suelta de un búho real, uno de los momentos más emotivos.
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