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Color, pólvora y alegría en Tíjola al paso de la virgen de Fátima

Tíjola, de forma masiva,  salió a la calle, el pasado domingo 13 de mayo, el día grande de la virgen de Fátima, para acompañar a su imagen en una vistosa y llamativa procesión, que discurre a lo largo de dos kilómetros por las calles y barrios más populares y menos céntricos de la población. Su singularidad y vistosidad es destacada por el color y la olor de las calles engalanadas con ramajes, macetas, cobertores, altares y el suelo; alfombrado con hierbas aromáticas y creativos dibujos elaboradas con serrín coloreado con tintes.

Remedios Carrión Ortega

Martes, 10 de mayo 2016, 06:10

 

La pólvora, los fuegos artificiales que abren el paso a la querida imagen acompañada por miles de seguidores son otra nota detonante de esta singular tradición de los tijoleños que se celebra cada mes de mayo. Desde días anteriores, los vecinos de cada calle se organizan para preparar y diseñar los motivos de cada año. Las cruces de mayo o la primavera es siempre fuente de inspiración aunque otras calles apuestan por la originalidad, este año con motivos de dulces y chucherías o la inspirada en el universo y la galaxia. El Ayuntamiento de Tíjola, para incentivar la participación de los tijoleños en su singular fiesta convoca varios concursos de artes plásticas y fotografía y ofrece a los vecinos de las calles protagonistas ingredientes gratuitos para la preparación de sus paellas y típicas cuervas. Los vecinos rivalizan en el adorno de sus calles, empezando a trabajar días antes, aunque de la víspera cuando el trasiego se hace patente en las calles.

Todos perfectamente organizados, unos acarrean los ramajes del río, otros realizan las alfombras, otros adornan las fachadas. Para algunos llamada la 'procesión de los pobres', porque es la única imagen que pasa por las calles de las zona más antigua de la Ciudad de Tíjola. Esta celebración es siempre en un día grande de fiesta, desde que en l951 fuera iniciada por el sacerdote Enrique Silva. Fiesta que une elementos paganos y religiosos, con el sabor de las romerías típicas de mayo en Andalucía con los aire típicos del levante por la gran cantidad de cantidad de pólvora en forma de tracas, cohetadas, ruedas, fuentes que se queman al paso de la imagen, ocasionándose así un ruido ensordecedor y dejando en el ambiente un olor a pólvora inconfundible. La procesión concluye con una gran traca final y con la vuelta de la virgen Fátima a su ermita, anteriormente llamada la ermita de San Cayetano, antigua mezquita y primigenia iglesia parroquial de la localidad, en el popular Barrio Alto. Actualmente, el cuidado de la ermita es menester de los propios vecinos. Ha sido tal el fervor popular a esta imagen, que hoy, la ermita es conocida como la adorada Virgen de Fátima.

 

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Color, pólvora y alegría en Tíjola al paso de la virgen de Fátima