Llega a Santiago el peregrino almeriense que ha andado descalzo 1.420 kilómetros por una promesa

 

«Lo siento, pero los resultados no mienten». Esta declaración, tan firme como segura, es la del médico que informó a la madre de Antonio Asensio, Carmen Ruiz, una almeriense de 56 años, de que padecía un cáncer de huesos. La metástasis avanzaba y apenas le quedaban unos meses de vida. Aquí comenzó la aventura del peregrino Antonio Asensio. Tras escuchar el grave diagnóstico, miró al cielo y realizó una promesa. «Yo estaba desesperado y prometí que si sucedía un milagro, que si mi madre salía de ésta, yo haría algo muy especial, así que prometí andar descalzo desde Almería a Santiago de Compostela», manifestó Asensio por aquel entonces.

Dicho y hecho. Ayer, tras recorrer la friolera de dos millones de pasos, Asensio pone fin a una epopeya que se traduce en una promesa de «amor y respeto» hacia su madre.

«Mamá, acabo de cumplir»

Asensio, de 39 años, que partió el pasado 5 de marzo desde su residencia en la localidad de Roquetas de Mar, llegó pasadas las 11.30 horas caminando descalzo a la plaza del Obradoiro, tras completar 1.420 kilómetros. Tras observar el impetuoso monumento que había estado presente en su mente durante dos meses, su primera reacción fue llamar a la razón por la que estaba allí: su madre. «Mamá acabo de cumplir la palabra prometida», exclamó aparentemente emocionado.

La llegada de Asensio a la catedral compostelana fue emitida en directo a través de Internet y se pudo ver en los espacios de Facebook y en el blog de '2.000.000 de pasos'. Varias semanas antes del inicio del viaje se crearon distintos canales de difusión de esta historia, que ha podido seguirse por las principales redes sociales.

Junto a él, el equipo de productora ejidense Digital Máster que, de manera paralela, ha elaborado a partir del kilómetro cero el rodaje de '2.000.000 de pasos. Historia de una promesa', el documental basado en la peregrinación de Asensio.

Tras descansar unos minutos y llamar a su madre, Asensio, con la satisfacción de haber cumplido su palabra, indicó a la agencia de noticias EFE que la etapa más dura fue en la provincia de Zamora, entre Tábara y Rionegro del Puente.

«Me desesperé, porque había lluvia y viento, iba con los pies mojados y me desanimó bastante. Llevaba bastantes días bajo la lluvia y fue durísimo y hasta aplastante psicológicamente, aunque físicamente ha habido otras», señaló.

Aseguró que sus pies han acabado con «muchas heridas, pero no ha sangrado ninguna», aunque, eso sí, se le han «clavado muchos pinchos».

Muchos de los peregrinos que se encontraban al pie de la catedral de Santiago se quedaron asombrados por la expectación suscitada por Asensio, que llegó rodeado de fotógrafos y camarógrafos, aunque, al comprobar que iba descalzo tras dos meses de caminata, muchos de los presentes exclamaron: «eso sí que tiene mérito».