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San Sebastián, patrón del fuego y el pan

San Sebastián, patrón del fuego y el pan

Las fiestas de San Sebastián suponen la unión del pueblo con lo sagrado y lo pagano al unísono. En el Valle del Almanzora, el 20 de enero arrancan los festejos en los municipios de Tíjola, Lúcar, Somontín, Sierro, Olula del Río y Cóbdar en honor santo del pan', como se conoce popularmente al patrón. Los orígenes del culto al 'apolo cristiano' en la comarca tienen su origen en la rebelión de los moriscos del reino de Granada, cuando Felipe II encarga a Don Juan de Austria, su expulsión. Éste era gran devoto del soldado milanés nombrado mártir por no reconocer la divinidad del emperador Diocleciano en el Imperio Romano. Así cuando sus tropas fueron conquistando los territorios fueron quedando bajo el patronazgo de San Sebastián.

Remedios Carrión Ortega

Martes, 10 de mayo 2016, 07:49

 

Su veneración es muy antigua y es uno de los santos más representados por el arte en general. A lo largo de la historia, su imagen ha sido simbolizada de muchas maneras pero a partir del siglo XV, el atributo casi constante de San Sebastián es una gavilla de flechas. A diferencia de otros santos, casi nunca tiene los instrumentos de su martirio en la mano. El santo está casi siempre de pie, atado a un árbol, a un poste o a una columna. Por otro lado, el origen de arrojar pan al santo se cree que se basa en una forma de agradecer los rezos por las cosechas, otras teorías apuntan a que los terratenientes de los pueblos lanzaban los roscos para que los habitantes pudieran comer estos días.

En Tíjola, San Sebastián inicia el calendario de festivo del municipio. Durante la tradicional procesión innumerables roscos, roscas de pan, roscones se tiran desde los balcones. En algunos casos se lanzan bocadillo. Como anécdota señalar que una vecina de Tíjola, ha conseguido que ya sea una tradición arrojar un jamón. Año tras año, su parada es la más esperada. A su paso la multitud enfervorecida salta, grita y emprende su particular 'guerra santa', un cuerpo a cuerpo que compite por conseguir la mayor cantidad de los tradicionales roscos.

El fuego también está presente en los festejos tijoleños. Así, tras el traslado del patrón a su ermita, los fieles disfrutan de la ya típica palmera de fuegos artificiales. San Sebastián es muy querido por grandes y pequeños en el municipio de Tíjola. En el colegio, por ejemplo, todos los niños reciben un rosquito para seguir perpetuando la tradición. Cabe destacar también que en estas fechas el Ayuntamiento celebra la entrega de premios de su ya consolidado certamen de relato corto Ciudad de Tíjola, uno de los principales encuentros de escritores que tienen lugar en el Valle del Almanzora y que este año ha ganado el escritor manchego Miguel Ángel Carcelén Gandía con su obra 'La Casa Grande'.

Noche de Carretillas

En Olula del Río, los honores a San Sebastián son compartidos con San Ildefonso. Comienzan los actos festivos con la concentración en la plaza del Ayuntamiento de los carretilleros infantiles. Cada niño, ataviado a la usanza carretillera es obsequiado con una docena de carretillas de menor tamaño que las tradicionales. Tras su quema, tiene lugar una chocolatada. El último toque de campanas proclama la procesión con San Ildefonso, al final del tradicional recorrido comenzará la ofrenda del fuego, las esperadas carretillas. Una fiesta que tiene sus orígenes en los habitantes, que una vez expulsados los moriscos, repoblaron Olula del Río y que en su mayoría procedían principalmente del levante español, especialmente de las Comunidades de Valencia y Murcia. Fuentes municipales calculan que en todos los festejos se tirarán alrededor de 12.000 docenas, un espectáculo de luz que crea una nube de aspecto fantasmagórico. La noche de la pólvora cuenta con la declaración de Fiesta de Interés Cultural de la Junta de Andalucía. Al día siguiente, los cohetes anuncian la llegada de la lluvia de roscos al paso de la procesión de los patrones.

También en Lúcar, San Sebastián es la fiesta grande por excelencia. De nuevo, el fuego y el pan están presentes en sus honores. La purificación con el fuego se logra con las hogueras que se prenden en su víspera. En la vecina localidad de Somontín, tiene su especial tradición la celebración del Visperón y La Rosca, también están presentes las carretillas. En Sierro es costumbre arrojar roscos al paso del santo, tradición que simboliza que compartiendo el pan y la fiesta, también se comparte la alegría. En Cóbdar las roscas de pan se utilizan para adornar el trono de la imagen y para después comerlas en la comida que ofrece el Ayuntamiento a vecinos y visitantes.

 

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