La consejera de Fomento supervisa los trabajos de la Autovía del Almanzora con la A-7

Rocío Díaz ha asistido también a una operación singular como el izado de una antigua estructura sobre la A-7 al objeto de aumentar el gálibo existente en medio metro para así alcanzar una altura de 5,5 metros. Se trata de un condicionante que había puesto el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana para autorizar a la Junta de Andalucía la construcción del enlace entre ambas autovías: una, la del Almanzora, de titularidad autonómica; y otra, la A-7, propiedad del Gobierno central.

La operación, que se ha iniciado con una duración estimada de 24 horas, consiste en la elevación de la estructura con gatos hidráulicos apoyados en unas torretas específicamente ejecutadas a tal fin que eleven el tablero hasta la cota considerada para, a continuación, sustituir los aparatos de apoyo en estribos y pilas por otros recrecidos. Finalmente, se produce un descenso hasta apoyar la estructura sobre los nuevos elementos. Dado que la estructura es estructuralmente semicontinua, ha sido necesario izar de forma simultánea los cuatro vanos, que juntos tienen una longitud cercana a los 65 metros.

Estos trabajos forman parte de un tramo de 3,6 kilómetros de la Autovía del Almanzora (A-334) que va desde el enlace de El Cucador hasta la A-7. Las obras, que está desarrollando la UTE formada por las constructoras San José, Eiffage y Pérez Jiménez, suponen un coste de 24 millones de euros y se encuentran al 80% de ejecución. A lo largo del trazado, se incluye la construcción dos nuevos enlaces, al inicio y al final del tramo, así como un viaducto de 45 metros sobre el Barranco del Muerto.

La consejera ha estado acompañada en la visita por la delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía en Almería, Aránzazu Martín; y la delegada territorial de Fomento en la provincia, Carmen Belén López.