Albanchez y su rica vegetación

Se baja por camino cementado a la rambla del Pozo y se gira a la derecha con abundante vegetación de ribera. Por esta senda se llega a un pozo en la rambla y al área recreativa del acueducto de Los Arcos. Es necesario, llegados a este punto, retroceder un poco y tomar pista ascendente entre cultivos de almendros.

En el primer cruce se gira a la izquierda viendo, desde una curva pronunciada, el acueducto de Los Arcos abajo en el barranco del Concejo, siguiendo por pista de tierra y viendo unos pinos centenarios. Se deja una pista ascendente por la izquierda y se sigue por la derecha pasando por el 'Agua del Tesoro'. Se afronta entonces una pista ascendente para pasar junto a unas ruinas llamadas las tapias de González.

Los platos de cuchara predominan en su gastronomía con productos naturales y de una gran calidad para el comensal.

Poco más allá se encuentra el cruce con el 'Pilar Ciego'. Se va hacia él y y se vuelve al mismo punto para continuar hacia el Collado del Cortijo Blanco, en el que está la cota máxima de la ruta, 794 metros. Aquí, se toma una senda con pendiente pronunciada en descenso que hay que ir con precaución hasta salir a la Cañada de Ortiz, donde ya hay una pista. Pasando por un cruce a la izquierda se va a unos cortijos y se gira por la derecha hasta salir a Las Huertecicas en la Rambla de Paulí junto a una antigua Noria de sangre. Girando a la derecha por el descenso de la rambla y pasando por la fuente y abrevadero de La Presa, el viajero se encontrará en este tramo algunos árboles singulares. Llegados al puente antiguo, se gira a la derecha para entrar al pueblo y callejear hasta plaza de España, dando por finalizada la ruta. Una vez en el pueblo, es especialmente interesante visitar el castillo, situado como vigía del valle, del siglo XI, parece ser que fue mandado construir por Al-Saliyá y consta de varios recintos. La Iglesia Parroquial, por su parte, es de estilo renacentista, consta de tres naves y su planta es la cruz latina, fue construida a mitad del siglo XVI. Igualmente, de visita por Albanchez hay que contemplar la Torre del Reloj, de piedra vista de sillería con campana de hierro colado y que se construyó en el año 1883, siendo alcalde Sebastián Ogayar León.

La población residente en Albanchez ha ido disminuyendo progresivamente, característica común en muchos municipios de los Filabres. En 1930 vivían 2.360 personas en el término municipal, veinte años más tarde la cifra disminuyó hasta los 1.736; en 1980 no llegaba al millar, y en la actualidad ronda los 800 habitantes. El fuerte del municipio es la agricultura con una estructura de pequeña propiedad y enfocada al olivo, la vid, las hortalizas, los árboles frutales y los cereales. Durante años, la industria del municipio ha estado relacionada con la transformación del mármol obtenido en las canteras cercanas. Antes de irse del pueblo, el visitante tiene que probar una rica gastronomía con platos como el gazpacho, migas, arroz con conejo, cocido de morcilla, conejo al ajillo, tortilla de ajos, patatas bocabajo, patatas con ajo o carne en salsa.